Aprovechando la renovación que estamos realizando en nuestra empresa de hosting, voy a lanzar durante estos días algunas entradas relacionadas con el tema. En esta ocasión quiero hablaros de un problema típico que suele pasar con los planes de hosting y las tiendas virtuales.
Es normal que cuando comenzamos con nuestra tienda virtual el proyecto se aloje en un alojamiento compartido. Resumiendo mucho el tema, esto significa que en el mismo servidor donde se aloja nuestra tienda virtual también se alojarán otros muchos proyectos web de todo tipo y uso. El servidor (normalmente) repartirá sus recursos en función de la demanda de cada web. Inicialmente, cuando tenemos poco tráfico y pocos usuarios conectados a la vez a nuestra tienda no hay problema. Pero si goza de buena salud, poco a poco la tienda virtual irá creciendo en visitas, generará más tráfico y consumirá más recursos de dicho servidor compartido. Y lo mismo pasará con los demás proyectos web que comparten el servidor. Con lo que poco a poco irá “perdiendo rendimiento”, y veremos que nuestra tienda virtual no va como al principio. Incluso aunque no aumentemos tráfico el servidor compartido puede ir más lento porque otros usuarios del servidor necesiten dichos recursos. No significa que vaya a ir “a pedales”, pero sí que pueden empezar los típicos picos de alto consumo de recursos por parte de algunos usuarios que afecten al resto.
Cuando nuestro tráfico aumenta sensiblemente, el número de usuarios conectados simultaneamente es cada vez mayor, nuestro catálogo de productos aumenta constantemente y nuestra aplicación web cada vez es más completa y compleja, ha llegado el momento de pasar de un plan de hosting compartido a un VPS. Los VPS (Virtual Private Server) son servidores virtuales creados a medida del usuario. Su principal característica es que garantizan unos recursos mínimos de la máquina para el usuario pase lo que pase en el servidor. Así gozaremos de un flujo constante de recursos sin importarnos lo que hagan los demás usuarios del servidor. Los VPS son el paso previo a un servidor dedicado, y se gestionan exactamente igual. Panel de control independiente, posibilidad de configuración a medida, etc.
Cuando contactan con nosotros usuarios que están empezando a desarrollar proyectos y ofrecer a sus clientes servicios web, siempre les recomendamos que empiecen con un VPS si se lo pueden permitir. Ellos mismos gestionarán su hosting, particionándolo como más les convenga y pudiendo alojar en el VPS varios clientes a la vez. Además un VPS dispone como mínimo de una IP propia, otra de las ventajas sobre un plan de alojamiento web compartido. Y una última ventaja añadida, siempre que tu VPS se quede pequeño puedes ampliarlo sólo con comunicárnoslo, sin tener que preocuparte de migraciones, de cambios de IP, etc.
Pasar de un hosting compartido a un VPS siempre es señal de buena salud para un proyecto web. ¿A qué esperas para tener uno?.
Fuente de Informacion:
www.josecriado.com
Es normal que cuando comenzamos con nuestra tienda virtual el proyecto se aloje en un alojamiento compartido. Resumiendo mucho el tema, esto significa que en el mismo servidor donde se aloja nuestra tienda virtual también se alojarán otros muchos proyectos web de todo tipo y uso. El servidor (normalmente) repartirá sus recursos en función de la demanda de cada web. Inicialmente, cuando tenemos poco tráfico y pocos usuarios conectados a la vez a nuestra tienda no hay problema. Pero si goza de buena salud, poco a poco la tienda virtual irá creciendo en visitas, generará más tráfico y consumirá más recursos de dicho servidor compartido. Y lo mismo pasará con los demás proyectos web que comparten el servidor. Con lo que poco a poco irá “perdiendo rendimiento”, y veremos que nuestra tienda virtual no va como al principio. Incluso aunque no aumentemos tráfico el servidor compartido puede ir más lento porque otros usuarios del servidor necesiten dichos recursos. No significa que vaya a ir “a pedales”, pero sí que pueden empezar los típicos picos de alto consumo de recursos por parte de algunos usuarios que afecten al resto.
Cuando nuestro tráfico aumenta sensiblemente, el número de usuarios conectados simultaneamente es cada vez mayor, nuestro catálogo de productos aumenta constantemente y nuestra aplicación web cada vez es más completa y compleja, ha llegado el momento de pasar de un plan de hosting compartido a un VPS. Los VPS (Virtual Private Server) son servidores virtuales creados a medida del usuario. Su principal característica es que garantizan unos recursos mínimos de la máquina para el usuario pase lo que pase en el servidor. Así gozaremos de un flujo constante de recursos sin importarnos lo que hagan los demás usuarios del servidor. Los VPS son el paso previo a un servidor dedicado, y se gestionan exactamente igual. Panel de control independiente, posibilidad de configuración a medida, etc.
Cuando contactan con nosotros usuarios que están empezando a desarrollar proyectos y ofrecer a sus clientes servicios web, siempre les recomendamos que empiecen con un VPS si se lo pueden permitir. Ellos mismos gestionarán su hosting, particionándolo como más les convenga y pudiendo alojar en el VPS varios clientes a la vez. Además un VPS dispone como mínimo de una IP propia, otra de las ventajas sobre un plan de alojamiento web compartido. Y una última ventaja añadida, siempre que tu VPS se quede pequeño puedes ampliarlo sólo con comunicárnoslo, sin tener que preocuparte de migraciones, de cambios de IP, etc.
Pasar de un hosting compartido a un VPS siempre es señal de buena salud para un proyecto web. ¿A qué esperas para tener uno?.
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